Gastrostomía Endoscópica Percutanea
La llamada gastrostomía endoscópica percutanea, es una técnica terapéutica que permite colocar una sonda directamente en el estómago del paciente.
Esta sonda sale por la piel y permite alimentar a aquellos pacientes que no pueden alimentarse a través de la boca por problemas neurológicos ó de deglución. De este modo, podemos aportar la alimentación adecuada para la correcta nutrición del paciente pero evitando los riesgos que suelen presentar y especialmente el de la aspiración broncopulmonar. Un riesgo grave y puede provocar graves consecuencias para el paciente.
Al igual que la sonda nasogástrica “clásica”, no impide que el paciente utilice la vía oral pero reduce las complicaciones inherentes y además resulta mucho más cómodo para el paciente. En realidad el paciente no tiene ninguna molestia por llevar la sonda.
La gastrostomía está indicada en aquellos pacientes que no puedan deglutir normalmente durante al menos un mes.
Son indicaciones habituales los trastornos de la deglución tras accidentes vasculares cerebrales o enfermos con demencia senil, enfermedad de Alzheimer o cuadros similares. La colocación no requiere anestesia general ni cirugía, solo una sedación. Se realiza en pocos minutos con mínimos riesgos y de forma cómoda para el paciente. No es dolorosa y en 24 horas se puede iniciar la nutrición por ella. Es de destacar la reversibilidad (si retiramos la sonda el orificio se cerrará en pocos días). Los cuidados de mantenimiento son mínimos y se pueden hacer en domicilio. No requiere un tipo de nutrición específica y el paciente puede ser alimentado con dieta pasada por batidora y diluida con agua.
